La terapia de estimulación cognitiva en el caso de los pacientes con Alzheimer consigue preservar durante el mayor tiempo posible, aquellas capacidades que el paciente no ha perdido. El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se presenta normalmente en personas de más de 65 años, aunque existen casos en los que el diagnóstico ha sido precoz.
Uno de los principales síntomas es la pérdida de memoria inmediata y reciente, es decir los olvidos cotidianos, como por ejemplo, no recordar donde dejaron las llaves, las gafas, etc. Posteriormente van perdiendo la memoria episódica o la memoria semántica y por último la memoria remota. Es muy normal que un paciente de Alzheimer recuerde mejor lo sucedido hace años, que lo que ha hecho hace unas horas.
Otros síntomas que pueden presentarse son la desorientación temporal, espacial y por la último la personal.
Según el doctor José Tatay, médico especialista en neurología del Hopital Nisa Rey Don Jaime de Castellón, en una entrevista realizada por periódico digital http://www.elmundo.es, la última memoria que pierde un paciente de alzheimer es la memoria afectiva:
«Los pacientes de alzheimer pueden sentir emociones pese a que debido a la enfermedad hayan olvidado el motivo que las causó. Por eso, es fundamental que los familiares y los cuidadores aprendan a comunicarse con el paciente, para inducirles emociones positivas (caricias, abrazos, conversaciones o gestos amables)». José Tatay
Muchas personas piensan que al tratarse de una enfermedad degenerativa, y de que no hay pronóstico de curación, no es necesario realizar terapia. Esto es un error, y está demostrado que la terapia de estimulación cognitiva cumple un papel fundamental para frenar la progresión de la enfermedad.
«Existen diversos tipos de intervenciones con el objeto de disminuir la sobrecarga del cuidador; disminuyendo los trastornos de conducta del enfermo, mejorando su autonomía, recurriendo a centros de día o a terapia psicológica. La asistencia a los pacientes con enfermedad de alzheimer no se debe limitar a su diagnóstico y tratamiento farmacológico, sino que debe abordar el apoyo y la información sobre la evolución, síntomas que van a aparecer y forma más adecuada de manejarlo, evolución, diferentes tratamientos y otros aspectos de la enfermedad, como la capacidad del paciente para conducir, tomar decisiones o manejar su patrimonio». José Tatay
La terapia de estimulación cognitiva consiste en trabajar con el paciente aquellas funciones como el lenguaje, la memoria, la atención o las funciones ejecutivas, para evitar el avance de la enfermedad.
Como ya se indicó, es muy importante mantener canales de comunicación con el paciente, y la terapia es de gran ayuda, no sólo para mejorar la calidad de vida del paciente sino, también, la del cuidador principal.
El neuropsicólogo es la figura que ofrece apoyo emocional a la familia y es además el profesional que puede orientar y dar pautas para ayudarles a llevar la enfermedad.
Para consultar la entrevista completa pinche el siguiente enlace: Entrevista a José Tatay, especialista en neurología.
Jaime Naranjo Alcaide. Neuropsicólogo.
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