Las funciones ejecutivas están implicadas en casi todas las acciones que llevamos a cabo durante el día, desde cocinar, planificar un viaje, hacer la compra o practicar cualquier deporte en el que debes tomar decisiones en décimas de segundo.

Las funciones ejecutivas se pueden definir como el conjunto de capacidades cognitivas necesarias para controlar y autorregular nuestra propia conducta. Es decir, las funciones ejecutivas nos permiten establecer, mantener, supervisar, corregir y alcanzar un plan de acción dirigido a una meta. Este conjunto de funciones es de gran importancia, pues lo usamos a diario. El término de Funciones Ejecutivas fue propuesto por la neuropsicóloga Muriel Lezak en 1982.

Otra buena definición sería la que dio Bauermeister en 2008: «Las funciones ejecutivas son actividades mentales complejas, necesarias para planificar, organizar, guiar, revisar, regularizar y evaluar el comportamiento necesario para adaptarse eficazmente al entorno y para alcanzar metas».

Este conjunto de capacidades se encuentra situada fundamentalmente en la corteza prefrontal del cerebro.

Para Antonio Verdejo-García y Antoine Bechara en 2010 los componentes que conforman las funciones ejecutivas son :

  • Actualización: actualizar los contenidos de la memoria de trabajo.
  • Inhibición: capacidad de ignorar los impulsos o la información irrelevante tanto interna como externa cuando estamos realizando una tarea.
  • Flexibilidad: habilidad que nos permite realizar cambios en algo que ya estaba previamente planeado, adaptándonos así a las circunstancias de nuestro entorno.
  • Planificación y multitarea: anticipar y ensayar planes futuros determinadas tareas y consecuencias.
  • Toma de decisiones: elegir entre alternativas la solución más acorde y efectiva para cada situación.
  • Razonamiento: facultad que nos permite la resolución de problemas.
  • Estimación temporal: la capacidad que tenemos de calcular el tiempo.

Alteraciones de las Funciones Ejecutivas

Cuando hablamos de individuos con funciones ejecutivas alteradas podemos encontrar casos de patologías neurológicas derivadas del Parkinson, los ACV, tumores cerebrales, traumatismos craneoencefálicos, la Esclerosis Múltiple, el Alzheimer y el síndrome de Tourette.

También se dan en casos de trastornos mentales, como por ejemplo, la esquizofrenia, el trastorno obsesivo compulsivo, Trastornos de la personalidad, el TDAH y trastornos del espectro autista.

Podemos reconocer algunas pautas comunes de estos trastornos como dificultades para concentrarse en una tarea, comportamiento rígido, conductas estereotipadas, falta de flexibilidad, dificultades para entender conceptos abstractos y limitaciones en la creatividad.

El Síndrome Disejecutivo o Frontal es el que reúne la mayoría de trastornos provocados por las alteraciones de las funciones ejecutivas.

Rehabilitación de las Funciones Ejecutivas

Las personas con las funciones ejecutivas alteradas son sujetos con dificultades para llevar una vida independiente, es necesario una rehabilitación para mejorar su calidad de vida y aumentar su autonomía personal.

El objetivo principal de la rehabilitación es utilizar estrategias y actividades que restauren o compensen las funciones alteradas.

En Impulsa Neuropsicología realizamos terapias de rehabilitación de las funciones ejecutivas basadas en la plasticidad cerebral , trabajamos con el paciente, con ejercicios de estimulación cognitiva para trabajar la planificación, el razonamiento o la solución de problemas, y con los familiares dándoles pautas y estrategias para que la persona afectada mejore en el día a día en sus actividades más rutinarias.

Os dejamos un vídeo con algunos ejemplos de ejercicios para trabajar las funciones ejecutivas.

Jaime Naranjo Alcaide. Neuropsicólogo.

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