Tras varias semanas luchando en primera línea contra el Covid 19, nuestros enfermeros, auxiliares, limpiadores, celadores, así como los cuidadores de residencias de ancianos, han demostrado tener una gran capacidad para adaptarse a este tipo de situaciones de crisis. Y aunque nos pueda parecer que todas las personas están preparadas para ello, la realidad es que no todo el mundo tiene el perfil y la capacidad de lidiar de forma efectiva con todo el estrés emocional que se va acumulando.

Por ello, los nuevos superhéroes del momento, siguen trabajando a pesar de las largas jornadas, de los momentos difíciles, y de tener que ver con sus propios ojos, aquello que la sociedad solo conoce a través de la historia de los supervivientes o los familiares que han perdido a un ser querido. Tristemente, esta crisis sanitaria se asemeja muchísimo a las guerras, pues estamos conociendo desgarradoras historias de personas que no pueden despedirse de sus seres queridos, haciendo más difícil llevar el duelo.

Todas estas historias y muchas más, no acabaran ahí. Afortunadamente, muchos de estos valientes, podrán seguir con su vida y superar la experiencia de forma progresiva, pero lamentablemente, y no por ello menos valientes, otros de estos héroes sufrirán el ya mencionado por algunos profesionales de la salud de Estrés Postraumático.

El trastorno del Estrés Postraumático (TEPT) es una enfermedad que se puede producir en personas que hayan vivido o experimentado una situación traumática como puede ser presenciar una catástrofe, una guerra, la pérdida de un ser querido de forma repentina o inesperada, etc. Los síntomas más frecuentes son los pensamientos intrusivos, cambios en los estados de ánimo y en la conducta, baja autoestima, sueños repetitivos y perturbadores relacionados con el hecho en sí, e incluso pueden existir casos en los que se produzca una pérdida de memoria de detalles relacionados con la situación traumática.

El hecho de que unas personas puedan sufrir este trastorno y otras no, no tiene nada que ver con rasgos de las personalidad, es decir, que no se es más fuerte mentalmente por poder seguir con la vida normal después de haber experimentado y vivido un hecho grave. Esto es importante porque muchas personas de las mencionadas al principio de este artículo, se sentirán inferiores por la errónea creencia de sentir no haber reaccionado correctamente ante una situación o pensar que lo podían haber hecho de otra manera. Pero nada más lejos de la realidad, porque los pensamientos automáticos y confusos, el sentimiento de culpa, o el malestar emocional que pueden provocar todo este cúmulo de experiencias postraumáticas no son controlables, y lo más probable es que muchas personas necesiten ayuda profesional.

Ante todo, tenemos que tener presente que el Estrés Postraumático tiene cura. En ocasiones, el paciente solo necesitará terapia, pero es posible que pueda necesitar  medicación, ya que sus sentimientos y emociones pueden tener un fuerte impacto en su vida, evitando que pueda seguir realizando sus tareas de forma habitual. Por ejemplo, un enfermero puede creer que no actuó correctamente y pudo haberlo hecho mejor ayudando a salvar más vidas. Por ello puede intentar evitar ir al trabajo, acercarse a los hospitales, y buscar formas de adaptar su nueva vida con técnicas de evasión.

También jugarán un papel importante los familiares de los afectados, ya que el apoyo y la ayuda en este sentido debe ser máxima. Hablar con la persona afectada, que cuente su experiencia y que comparta sus sentimientos le puede proporcionar cierto alivio. Hacerle saber que no está solo y fundamentalmente, que sepa que su problema tiene solución y se puede recuperar.

Llegados a este punto, nos gustaría hablar de la Resiliencia, la cual podemos definir como la capacidad que tiene una persona para adaptarse a las situaciones difíciles y superarlas. Aunque algunos son más propensos a desarrollar esta característica de la personalidad por su buena predisposición hay que decir, que todos los seres humanos somos capaces de aprender a ser resilientes.

Algunas características de las personas resilientes son su capacidad de buscar alternativas ante las adversidades, su confianza en sí mismo para motivarse para salir adelante, buscar apoyo cuando lo necesitan reconociendo que necesitan ayuda de otras personas sin que esto afecte a su autoestima. La creatividad es otra importante cualidad para indicar que una persona es resiliente, pues será capaz de sacar la parte buena de la experiencia vivida y aprender de los errores.

En definitiva, con este artículo sólo queremos motivar a los grandes de esta crisis, para que sepan que no están solos y que los apoyamos. Toda la sociedad es consciente de la difícil situación que atraviesan y es muy humano y lícito que una vez finalizada la tormenta, algunos pasen por momentos difíciles, pero recordad que tiene solución y podrán salir adelante.

Patricia Franco Hernández – Periodista y Community Manager

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