La Anosognosia es un trastorno neurológico o neuropsicológico por el cual una persona no es capaz de entender o percibir su enfermedad.

El término anosognosia fue introducido, en 1914, por el neurólogo franco-polaco Joseph Babinski para referirse a la falta de consciencia de la hemiplejia en pacientes que habían sufrido lesiones del hemisferio cerebral derecho. Es de destacar, que en la actualidad el termino tiene una utilización más amplia en el campo de las neurociencias conductuales y se refiere a la falta de consciencia de los déficits sensitivos, motores y cognitivos que se producen como consecuencia directa del daño cerebral adquirido (Accidentes cerebrovasculares, traumas craneoencefálicos, infecciones cerebrales) y enfermedades neurodegenerativas (Demencias).

La anosognosia es considerado un síntoma ya que siempre aparece asociado a la presencia de un trastorno.

Clasificación y Criterios Diagnósticos

A pesar de que no existen criterios específicos para su diagnóstico, el Consorcio de Neuropsicología Clínica (2010) publicó los siguientes criterios, con el fin de ayudar a su identificación y clasificación:

  • Alteración de la conciencia de padecer un déficit, ya sea físico, neurocognitivo y/o psicológico o el padecimiento de una enfermedad.
  • Alteración en forma de negación del déficit, evidenciada en afirmaciones como “no se por qué estoy aquí“, “no se qué es lo que me pasa”, “nunca se me han dado bien estos ejercicios, es normal que no lo haga bien”, “son los demás los que dicen que estoy mal”
  • Evidencia de déficits mediante instrumentos de evaluación.
  • Reconocimiento de la alteración por parte de familiares o conocidos.
  • Influencia negativa sobre las actividades de la vida diaria.
  • La alteración no aparece en el contexto de estados confusionales o estados de alteración de la conciencia.

Causas y enfermedades que provocan anosognosia

Lesiones cerebrales

La anosognosia se observa más habitualmente en personas que han sufrido lesiones en el hemisferio derecho del cerebro debido a un Accidente Cerebrovascular (ACV), Enfermedades Neurodegenerativas como las demencias y Traumatismos Craneoencefálicos (TCE).

Otros trastornos neurológicos que en los que puede aparecer la anosognosia son: tumores cerebrales, demencia fronto-temporal, ceguera cortical,  epilepsia y atrofia cortical posterior.

Alteraciones psicológicas

La principal alteración mental en la que se puede encontrar la anosognosia es la esquizofrenia. También se puede dar en trastornos bipolares, anorexia nerviosa y algún tipo de psicosis.

Otros trastornos

La anosognosia puede aparecer como un síntoma en casos de prosopagnosia, amnesia, síndrome de Korsakoff, hemiplejías, afasias y apraxias, entre otras.

Efectos de este síntoma

Hay que tener cuidado con esta problemática porque puede comportar graves peligros.

La presencia de anosognosia supone una dificultad a la hora de seguir un tratamiento o realizar una rehabilitación del trastorno que la causa. Ya que si el paciente es incapaz de reconocer su déficit no verá necesario rehabilitarlo, por mucho que sus familiares y profesionales se empeñen en ello. Si consiguen convencerle, no tendrá motivación para afrontar el tratamiento.

Puede ser muy peligroso, ya que le puede dar por conducir o salir solo a la calle sin ser consciente de que no es capaz de ver por el hemicampo izquierdo, por ejemplo.

Tratamiento de la anosognosia

El tratamiento de la propia anosognosia es complejo. En general, el síntoma mejora con el tratamiento de la causa subyacente a su aparición, sea un trastorno mental o neurológico. Sin embargo, a nivel clínico se emplean estrategias de confrontación.

En este sentido la confrontación a la existencia de déficits ha de ser progresiva, introduciendo poco a poco la idea de su existencia. Resulta importante no solo hacer ver la presencia de déficits, sino también de las dificultades que implican en la vida diaria.

A través de la intervención psicológica y neuropsicológica,que realizamos en Impulsa Neuropsicología, para el abordaje de estas cuestiones, conseguirá una mayor conciencia de la enfermedad y por tanto se facilitará el desarrollo normal de la rehabilitación de los déficits resultantes de los daños cerebrales.

Jaime Naranjo Alcaide. Neuropsicólogo.

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